miércoles, 10 de octubre de 2007

Las viudas de los jueves



Obra premiada con el premio Clarín de novela 2005, cuyo jurado estuvo compuesto por José Saramago, Rosa Montero y Eduardo Belgrano Rawson.



Viuda: Persona a quien se le ha muerto su cónyuge y no ha vuelto a casarse. También se dice de algunas aves que, estando apareadas para criar, se quedan sin la compañera.

El exclusivo y selectivo grupo de esposas de Altos de la Cascada sufre de forma transitoria el estado de viudedad. La noche de los jueves es el día señalado para que los correspondientes esposos se reúnan. Citas semanales y rutinarias, destinadas a comer y beber, que refuerzan los convencionalismos excluyendo a las féminas.

Este estado de viudedad transitoria es algo más que la ausencia del cónyuge unas horas de un día cualquiera de la semana. Son viudas por la ausencia, por la soledad y el desamparo; por el abandono y el maltrato; por el desamor y la apatía. Miserias individuales ocultas tras un escaparate muy bien recreado a base de cursos de feng-shui, pintura, meriendas, adopciones y alcoholismo.

El bouquet que compone Claudia Piñeiro de la urbanización de Altos de la Cascada muestra sin disfraces el pequeño universo de un colectivo que construye su existencia entre las rejas de su country. Un lugar aséptico, cuyas calles perfumadas con nombres florales intentan camuflar el estricto control de acceso, la ausencia de mosquitos, perros vagabundos o mendigos. Un lugar seguro al que desterrarse o esconderse de la propia vida.



“En Altos de la Cascada no echamos llave a las puertas…”



Un paraíso terrenal que tiene sus propias reglas: mantener las apariencias aunque eso suponga que la esposa de uno acabe jodiendo con el vecino. Un pequeño reino que brilla por sus casas deslumbrantes y próximas al campo de golf, que filtra apellidos, dinero y trabajo. Un lugar que como todo reinado que se precie, tiene su rey y séquito, donde el estatus social supone estar dentro o fuera.

Brillante composición, con su punto de confusión, aunque las piezas acaban encajando en su propia coherencia. Una escritura depurada, con un final previsible, pero que no desmerece la obra. Interesante mosaico social de una época y un colectivo.


Sinopsis: Detrás de las altas paredes perimetrales, más allá de los portones reforzados por barreras y flanqueadas por garitas de vigilancia, se encuentra Altos de la Cascada. Afuera, la ruta, la barriada popular de Santa María de los Tigrecitos, la autopista, la ciudad, el resto del mundo.
En Altos de la Cascada viven familias que llevan un mismo estilo de vida y que quieren mantenerlo cueste lo que cueste. Allí, en el country, un grupo de amigos se reúne semanalmente lejos de las miradas de sus hijos, sus empleadas domésticas y sus esposas, quienes excluidas del encuentro varonil, se autodenominan, bromeando, “las viudas de los jueves”.
Pero una noche la rutina se quiebra y ese hecho permite descubrir, en un país que se desmorona, el lado oscuro de una vida “perfecta”.

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