lunes, 27 de julio de 2009
Club de lectura El Recreo
Tapioles 22
Foto: Negra y criminal.
jueves, 23 de julio de 2009
El susurro de la mujer ballena de Alonso Cueto
A principios de año, leía en Internet que la actriz británica Kate Winslet mostraba su indignación por los comentarios que recibió la publicación de sus fotos en la revista de modas Vogue. La intérprete, en su mejor momento profesional por sus interpretaciones en las películas “El lector” y “Revolucionary Road”, era portada del número de enero y un amplio reportaje fotográfico la mostraba tan espectacular que las envidias desataron ríos de tintas sobre posibles trucajes photoshoperos. Sobra decir que yo misma tuve que mirar dos y hasta tres veces la foto para identificar en esta nueva imagen rubia y estilizada la que fue en su momento una joven pelirroja y voluptuosa. Nada que ver. Sobra decir que la actriz señaló que el cambio de apariencia respondía a un esfuerzo personal a través de deporte, dietas y variados cuidados. Desconocemos si la cirugía tuvo algo que ver aunque tampoco nos interesa. En realidad lo que llamó mi atención fue el despliegue generado detrás de la imagen re-construida y el impacto provocado. Y te preguntarás ¿qué relación tiene esta noticia con el libro que pretendo comentar? Pues precisamente que esta anécdota me ofrecía la oportunidad para entrar hablar de “El susurro de la mujer ballena”, una novela a la que le tenía ganas y que hace cierto tiempo quería comentar.
Debo señalar que el tropiezo con esta historia tuvo por origen un error. La red mental juega a los despistes, reteniendo ciertos vocablos y desechando otros. En este caso la palabra cautiva fue ballena. Y el error se produjo –después pude darme cuenta de ello- porque creía que este libro se correspondía a la película “La puta y la ballena”. A pesar de la gran distancia entre ambas historias, un punto las unía: dos mujeres, dos historias, dos miradas.
La novela de Cueto nos presenta dos mujeres; Verónica, periodista de cierto prestigio que a priori tiene todo para ser feliz: inteligencia, prestigio, dinero, influencia, familia, amante. Su existencia transcurre sin sobresaltos, surcando las olas de un devenir sin tropiezos… hasta que un día, de regreso a Lima en el avión se reencuentra con una antigua amiga del colegio, Rebeca. “Rebeca, Revaca, tan grande y gorda como una vaca”. Una mujer obesa, monstruosa, “en ese mar de carne en el que se había resignado a navegar”, acomplejada y compleja. Rebeca su amiga secreta, porque los niños también guardan secretos. “Yo le tenía compasión a Rebeca. Y la odiaba. Y la quería. Y le tenía miedo. Y la extrañaba. Siempre le había tenido un cariño secreto” (p.174).
Rebeca, de una extrema sensibilidad, atrapada en un cuerpo grande provocador de miradas, burlas e insultos. “Los insultos también deben tener su horario. Si se acaba el colegio, se acaban los insultos…” (p.32). Una niña infeliz, acostumbrada a soportar las humillaciones que su apariencia genera en los niños y niñas de la escuela, porque estos llegan a un grado superlativo de crueldad ante las diferencias.
Curiosamente, entre Verónica y Rebeca nace una amistad, una relación secreta, atrincherada entre las horas robadas del colegio. “Ahora pienso que ella era como mi amante secreta. Yo estaba casada con mis amigas del colegio que no debían enterarse de mis relaciones con ella. Rebeca lo sabía y lo aceptaba a cambio de vernos” (p.162).
Un incidente ocurrido en el último año de escuela provoca el distanciamiento entre ambas, hasta su reencuentro en el avión. A partir de este momento, Verónica tropezará sistemáticamente con Rebeca. Una figura en la sombra, agazapada, vigilante e inquietante. El rencor y la rabia se hacen patentes y Verónica tiene miedo.
Interesante visión crítica de la belleza y su beneficio en una sociedad donde la cultura le dedica un templo para esclavizarnos con la penitencia “del ejercicio, y la comunión de la dieta, y los templos de los gimnasios, y los milagros de la cirugía plástica, y así vas a ser, así vas a verte” (p.201). Pero su contrapunto, la fealdad, resulta mucho más fascinante en su propia monstruosidad, provocando un dolor tan grande que amenaza con arrancar la propia vida.
Cueto crea dos personajes, Verónica la bella y Rebeca la fea, pero en realidad ambas componen una metáfora de la mujer. Ambas esclavas de su apariencia y ambas infelices. Dos mitades separadas.
Tal vez el autor no lograra crear la feminidad que los personajes requerían o tal vez pretendiera ese punto de distancia y frialdad. La ausencia de acción se subsana con la descripción psicológica de las protagonistas, con la complejidad de las relaciones y la fragilidad humana.
“El susurro de la mujer ballena” es una interesante incursión en el dolor por el amor no correspondido, por la necesidad de aceptación y complacer a los demás. Una historia de venganza y víctimas, donde la belleza marca la frontera de lo aceptable. Si no que se lo pregunten a Winslet.
Destacar la portada por la pintura "Nude on a Divan" de Camilla Bombois, una pequeña joya.
Convocatoria IV Premio Internacional Novela Negra
Ciudad de Carmona convocado por la editorial Almuzara
El premio está dotado con un importe de 6.000 euros, al que pueden acceder autores de cualquier nacionalidad siempre que sean novelas inéditas escritas en lengua española, que no hayan sido premiadas anteriormente en otro concurso y que no tengan comprometidos sus derechos con otras editoriales.
El plazo de admisión de ejemplares comenzó el pasado día 20 de julio de 2009 y finalizará el 15 de octubre del mismo año.
En anteriores ediciones el premio ha recaído en Antonio Lozano con su obra El caso Sankara (2006), el argentino Guillermo Orsi con su novela Nadie ama a un policía (2007) y el cubano Amir Valle con Largas noches con Flavia (2008), han sido los tres últimos ganadores.
La obra ganadora pasará a formar parte de la colección “Tapa Negra” de la editorial Almuzara.
El fallo del jurado se emitirá el próximo mes de diciembre de 2009 y se hará público el 19 de marzo de 2010, fecha en la que se celebrará una gala en la ciudad de Carmona para dar a conocer la obra elegida, con la asistencia del ganador y de la prensa especializada. Las bases del concurso podrán consultarse en la página web de la editorial.
martes, 21 de julio de 2009
Las 25 novelas más prestadas
Willy Uribe. Sé que mi padre decía (El Andén)
Phlip Kerr. Violetas de marzo (RBA)
Marc Behm. La mirada del observador (RBA)
Eugenio Fuentes. Cuerpo a cuerpo (Tusquets)
Stieg Larsson. Els homes que no estimàven les dones (Columna)
John Grisham. La apelación (Ed. B)
Stieg Larsson. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino)
Donna Leon. La chica de sus sueños (Seix Barral)
Stieg Larsson. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino)
Philip Margolin. Lost Lake (Ed. B)
Michael Connelly. El observatorio (Roca)
Michael Connelly. El inocente (Ed. B)
Maj Sjöwall, Per Wahlöö. El hombre que se esfumó (RBA)
Fernando Gómez. El misterio de la calle Poniente (Huerga & Fierro)
Pedro de Paz. El documento Saldaña (Planeta)
Andrea Camilleri. La muerte de Amalia Sacerdote (RBA)
W.R. Burnett. La jungla de asfalto (RBA)
Henning Mankell. Asesinos sin rostro (Tusquets)
Henning Mankell. El hombre sonriente (Tusquets)
Marc Behm. No pretendas saber más (Thassàlia)
Henning Mankell. El retorno profesor de baile (Tusquets)
Craig Russell. Cuento de muerte (Roca)
Agatha Christie. Pasajero de Fráncfort (Molino)
Francisco González Ledesma. Una novela de barrio (RBA)
sábado, 6 de junio de 2009
Los girasoles ciegos de Alberto Méndez
Cuando se tiene en las manos la obra, se percibe desde el principio que no es un libro que vaya a dejar indiferente. Tal vez sea la contraportada, su introducción o el tono que impregna todas sus páginas,.. solo sé que su lectura nos alcanza de lleno. Ternura, compasión, dolor, tristeza, rabia, incomprensión, asco… son algunas de las emociones que despierta, porque la historia, nuestra historia, cuando está bien narrada, te golpea fuerte, evocando recuerdos ajenos, de vidas ajenas, pero que forman parte de la memoria colectiva.
La distribución temporal del libro resulta significativa: Primera derrota 1939, con el título “Si el corazón pensara dejaría de latir”; Segunda derrota 1940 con “Manuscrito encontrado en el olvido”; Tercera derrota 1941, “El idioma de los muertos” y Cuarta derrota 1942 “Los girasoles ciegos”, historia que ha sido llevada al cine y que probablemente ha supuesto su proyección al gran público.
Porque después de una guerra, absurda, como lo son todas, las heridas siguen abiertas y los diferentes derrotados, vencedores y vencidos, siguen librando sus propias batallas. Batallas contra el olvido “Con el hambre, lo primero que se muere es la memoria”, contra la soledad “Hoy le besado. Por primera vez le he besado. Se me habían olvidado mis labios de no usarlos” (p.54), contra el odio. Porque como señala el texto de Carlos Peira en la introducción, es necesario superar y para ello hemos de ser capaces de reconciliarnos con nuestro dolor. Es proceso ineludible enfrentarse a la verdad, con valor y sin disfraces.
“Superar exige asumir, no pasar página o echar en el olvido. En el caso de una tragedia requiere, inexcusablemente, la labor del duelo, que es del todo independiente de que haya o no reconciliación y perdón. En España no se ha cumplido con el duelo, que es, entre otras cosas, el reconocimiento público de que algo es trágico y, sobre todo, de que es irreparable. Por el contrario, se festeja una vez y otra, en la relativa normalidad adquirida, la confusión entre el que algo sea ya materia de historia y el que no lo sea aún, y en cierto modo para siempre, de vida y ausencia de vida. El duelo no es ni siquiera cuestión de recuerdo; no corresponde al momento en que uno recuerda a un muerto, un recuerdo que puede ser doloroso o consolador, sino a aquel en que se patentiza su ausencia definitiva. Es hacer nuestra la existencia de un vacío”. Carlos Peira “Introducción” a Tomás Segovia: En los ojos del día, antología poética.
El libro arranca con la historia del Capitán Alegría, un hombre triste, para quién la guerra es un sinsentido, que se rinde a los republicanos el día antes a que el Comité de Defensa de Madrid se rindiera. Un gesto que sabe le valdrá el fusilamiento por desertor del ejército vencedor –su ejército- porque no entienden que él es un “rendido”, ¿cómo si no puede ser llamado un vencido por el vencido? “Aunque todas las muertes se pagan con los muertos, hace tiempo que luchamos por usura. Tendremos que elegir entre ganar una guerra o conquistar un cementerio”.
El segundo texto, finalista del Premio Internacional de Cuentos Max Aub 2002, se redacta en forma de diario póstumo supuestamente perteneciente a un cuerpo hallado en una braña de los altos de Somiedo. En el manuscrito se nos desvela el padecer de un joven apenas hombre y su lento morir, resistiendo el hambre, la soledad, las inclemencias del tiempo, el miedo,… a la vez que intenta salvar la vida de su hijo recién nacido.
La tercera historia pertenece a Juan Senra, profesor de chelo y preso en la cárcel sin saber el motivo de su arresto. Cada día Senra logra comprar unas horas a la muerte a cambio de las anécdotas que susurra de Miguel Eymar, hijo fallecido del coronel que compone el “tribunal” que dicta sentencia predecible de muerte a todos los presos.
El final del libro se cierra con “Los girasoles ciegos”, historia narrada a varias voces, entre Lorenzo el niño y el diácono del colegio. Elena, la madre de Lorenzo, mujer hermosa y atractiva, despierta un deseo en el diácono del colegio de Lorenzo que acaba en tragedia.
Historias tristes, en tiempos tristes. Recuerdos que forman parte de nuestra historia y que tienen su merecido tributo en este libro.
viernes, 22 de mayo de 2009
Mujeres Letales de Céline German
Tania, una ex amante apasionada en busca de respuestas; Didier Doumec, un policía novato que se cree un superhombre; Julien, el asesino de dos metros que perpetra el tiroteo en un bar de ambiente parisino; la sugerente comisaria Roseline Gureau, una rubia tipo Hollywood a la que no le gusta soltar su presa; un comando de bolleras extremistas dispuestas a cualquier cosa. Todos ellos emprenden una persecución a través de Francia en un recorrido sangriento.
Tuve conocimiento de este libro en una búsqueda por Internet, a raíz de mi intención inicial de escribir un artículo que aunara el género con la homosexualidad. Me llamó la atención su título, algo a lo que siempre le presto una atención especial y la valoración que se hacía de la historia; algo así como una novela donde las mujeres alcanzan unas dosis de violencia inesperadas. Ciertamente la violencia se encuentra presente de muchas y variadas formas y la novela abre frentes interesantes, pero no soy una entusiasta de la fusión negro-humor o del esperpento.
La novela se ambienta en París y poblaciones cercanas, no obstante el paisaje urbano es perfectamente identificable a cualquier otra ciudad: tráfico y multas de aparcamiento no establecen fronteras ambientales. El París de German se perfila en ambientes cerrados y carentes de personalidad.
La homosexualidad y el ambiente gay, principal eje vertebrador e hilo conductor de toda la trama, es un pobre reflejo. A pesar del protagonismo destacado de lo sexual y de las cuestiones de género, la resolución resulta más bien forzada. Se deducen de la autora lecturas socio-psicológicas que se sintetizan en las diferentes figuras masculinas, uno inseguro, machista y risible; otro sodomizado por un grupo de bolleras combatientes. Hombres en definitiva miedosos y rabiosos ante la fuerza y poderío femenino, cuyo devenir tiene más bien forma de maltrato, sin duda risible pero también sospechoso.
Sin embargo también el mundo gay recibe su dosis de crítica: “Las cabezas rapadas, las voces demasiado graves, el humo de los puritos…”, “Estas bolleras penosas le dan asco. Son corpulentas y feas, se besan en la boca para decirse hola y se lanzan pullas groseras que las hacen reír demasiado fuerte. Tania las encuentra dignas de compasión”. Un colectivo que, paradójicamente, muestra su desagrado por lo masculino adoptando el comportamiento y formas masculinas.
La historia arranca con la cita que Marie y Florence, dos antiguas amantes, van a tener después de haber fijado su reencuentro diez años atrás. Una antigua relación amorosa que “había sido breve como todas las numerosas aventuras que Florence había tenido antes de conocer a Tania”. El resultado de tanta espera se traduce en la muerte accidental de Florence. A partir de este momento, la historia narrada en tres partes desarrolla una novela en la que el humor, la violencia, lo surrealista y lo grotesco compiten entre si.
En cuanto a los personajes, hay que reconocerle a German la habilidad de crear personalidades al límite, que despiertan todo tipo de rechazos y ninguna simpatía.
Didier, investigador responsable del caso, odia las lesbianas, lo que le provoca un deseo redentor por liberarlas de esa depravación que camufla probablemente una homosexualidad reprimida. Un rostro cubierto de acné y un cuerpo adolescente contrastan con una pulsión homicida y una personalidad que confunde virilidad con brutalidad. Carente de autoestima, con pinta de “ser tan duro como los de las películas americanas” y con una vena perversa por dominar, propia de sádicos.
Tania Scoppetto es la ex amante agraviada que busca respuestas y cuyas indagaciones le llevarán a descubrir una Florence hasta ahora oculta para ella. Una mujer cuyo pasado almacena recuerdos de una infancia mutilada por abusos sexuales, con una madre sexualmente promiscua y despreocupada. La búsqueda que inicia Tania, se convierte pronto en una huida de todo para culminar en deseos de venganza por agravios reales y supuestos.
Florence, la muerta es la pieza que sostiene todo el andamiaje. Una mujer hermosa, fría y deseada por todas, que desaparece pronto, pero cuya presencia se mantiene constante durante toda la novela. Una mujer que no ama, pero que se deja querer. Que colecciona un álbum de amantes donde las diversas habilidades eróticas son recogidas en una gráfica.
Marie Friture (“la fritanga” o “fritura”) es la amante despechada que en un arrebato de ira ante el rechazo de Florence empuja a esta por las escaleras, provocando su muerte. Marie ha engordado, un crimen en un ambiente donde belleza y físico deseable se convierten en elementos de capital importancia para la seducción. Marie pertenece al tipo de mujer adolescente, consentida y mantenida por sus padres, que nunca se hace responsable de sus actos y acaba dejando detrás de si el desastre para salir ilesa.
Una novela que probablemente encierra temas trascendentales (homosexualidad, discriminación, abusos, asociacionismo,…) pero donde resultan más evidentes la preferencia por las plumas y los tacones –o debiera decir el pelo corto y las chupas- y la risa fácil que la profundidad.